miércoles, 14 de diciembre de 2011

CAPÍTULO X. ALGUNAS IMIPLICACIONES DE LA CALIDAD


    Sylvia Schmelkes señala que la calidad tiene implicaciones de cambio cultural profundo en la organización, que requiere en quienes nos comprometemos con un proceso de esta naturaleza la vivencia congruente y constante de valores y actitudes renovados.

La calidad implica crítica y autocrítica

En la práctica cotidiana del mejoramiento, nos exige actitudes que en la práctica tradicional de nuestras escuelas no están siempre presentes. Para que realmente pueda darse un proceso de crítica y autocrítica, en un ambiente de libertad, es necesario que esta necesidad se trate abiertamente en las reuniones de equipo al iniciar un proceso de mejoramiento de la calidad. En la convivencia humana es necesario no sólo dirigirse a hablar con los otros, sino dejarse interpelar y recibir las críticas que los demás nos dirigen.

La calidad implica valorar la diversidad y consensos.  El consenso es requisito de un movimiento hacia la calidad: tenemos que estar todos de acuerdo en que lo que nos proponemos hacer es bueno y posible.

La calidad implica relevancia y justicia ya que es necesario buscar la manera en que todos los alumnos, independientemente de sus características, alcancen los objetivos que nos hemos trazado. Esto no significa que debamos impedir que los alumnos mejor dotados o más aventajados superen estos logros pretendidos. Lo que no podemos permitir es que los alumnos que por alguna razón tienen dificultades especiales no los alcancen.

La calidad nos exige creer en nuestros alumnos

Una actitud fundamental, que un movimiento hacia la mejor calidad educativa nos exige, es la de creer en nuestros alumnos. En general, ellos nos darán la razón.

Tenemos la obligación de compartir y de difundir nuestros logros y nuestra forma de alcanzarlos con nuestros colegas de otras escuelas y con las autoridades educativas. Sólo así, desde la base, podrá irse extendiendo un movimiento hacia una mejor calidad de nuestras escuelas.

COMENTARIO
En conclusión de este capítulo muestra las implicaciones que  tiene la calidad y todos los aspectos que requiere para realmente llegar a un logro de ésta. Por ejemplo, que el docente debe creer en los alumnos, impartir la educación con justicia y tener un criterio amplio y autocrítico para reconocer las fallas y lograr una calidad educativa.

REFERENCIA BIBIOGRÁFICA:
Schmelkes S., (1995), “Algunas implicaciones de la calidad”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp.117-125). México. D.F., SEP.

CAPÍTULO IX. LA CALIDAD NECESITA LA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD

La mejor manera de tener en cuenta al beneficiario es hacerlo participar

En este capítulo Sylvia Schmelkes menciona que en educación básica no se puede entender la calidad sin una activa participación de los padres de familia, que debe ser propiciada por la escuela como un todo y por cada uno de los maestros con los padres de sus alumnos. La mejor forma de tomar en cuenta al beneficiario es hacerlo participar en el proceso. Si los padres de familia y la comunidad son beneficiarios del quehacer de la escuela, es importante lograr su mayor participación.

La escuela está en la comunidad y la comunidad está en la escuela

Una vez incorporado el servicio educativo en una comunidad, la escuela se vuelve  parte de la vida misma. En muchas comunidades, el maestro juega un papel muy importante. Así, la escuela forma parte vital de la comunidad.

Algunas ideas sobre cómo propiciar la participación de los padres de familia y de la comunidad

Es en nuestro trabajo cotidiano, dentro del aula, donde más podemos hacer para relacionar la escuela con la comunidad. Podemos mencionar los siguientes:
·         Aprovechar los conocimientos, habilidades, valores y actitudes de nuestros alumnos.
·         Involucrar a los padres de familia, a los demás miembros y/o a personas de la comunidad, en las tareas escolares de los hijos.
·         Hacer participar a personas de la comunidad dando clases específicas.

Ahora bien, dentro del aula, el seguimiento cercano de cada uno de nuestros alumnos nos podrá indicar los apoyos específicos que debemos ofrecer o solicitar a sus padres de familia, en función de los problemas de cada uno de ellos.

2. La creación de un ambiente familiar propicio al aprendizaje
Es importante llevar a cabo un trabajo de orientación con los padres, de una manera tal que en la familia vayan existiendo situaciones cada vez más propicias al proceso de aprendizaje de los alumnos.

La participación de la comunidad se traduce en mejor aprendizaje
El proceso de búsqueda permanente de mayor calidad del aprendizaje entre nuestros alumnos se verá fortalecido en la medida en que en ello involucremos a todos los que comparten este mismo objetivo.

La experiencia ha demostrado que los esfuerzos por lograr la mayor participación de padres y comunidad se traducen en mejores niveles de aprendizaje de los alumnos. Al mismo tiempo, aprenden los padres, y
nosotros como maestros nos enriquecemos.

COMENTARIO
En este capítulo se menciona la importancia de la participación de la comunidad en general en la educación impartida y en los temas relacionados a la calidad educativa, ya que ésta repercute en gran medida en la educación, ya que como se menciona, la mejor manera de tomar en cuenta al beneficiario, que en este caso sería la comunidad, es hacerlo participar en el proceso educativo. Además se menciona la participación de la comunidad en la escuela y esto a su vez lo relaciono con lo visto en clase con el tema de Programas de participación social, en donde se explicaba la participación de las personas en programas que impactaban en la calidad educativa.

REFERENCIA BIBIOGRÁFICA:
Schmelkes S., (1995), “La calidad necesita la participación de la comunidad”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp.101-116). México. D.F., SEP.

CAPÍTULO VIII. LA PLANEACIÓN Y LA EVALUACIÓN PARA LA CALIDAD

El reconocimiento del problema

    Aquí Sylvia Schmelkes nos señala que la búsqueda de la calidad se inicia con la insatisfacción con el estado de cosas. En otras palabras, comienza con el reconocimiento de la existencia de un problema. Este problema puede ser de dos tipos o de la combinación de los dos: una preocupación por los deficientes resultados que la escuela está produciendo o una preocupación por los procesos deficientes que la escuela está desarrollando.
Así, se puede decir que si el director no hace suya la necesidad de cambiar, no es posible iniciar un proceso de mejoramiento de la calidad.

La idea se convierte en plan

1.  El plan debe elaborarse en equipo.- Las personas que conducen los procesos escolares son las responsables, en última instancia, del mejoramiento de la calidad, pues la calidad se encuentra en el proceso.
2. El plan debe comenzar por estabilizar los procesos, o por definir la estabilidad existente.- El primer paso en un proceso de mejoramiento de la calidad es estabilizar los procesos. Esto significa descubrir qué se hace generalmente y qué se logra.
3.- Diseñar los resultados deseados.- Debemos definir los resultados de aprendizaje que esperamos alcanzar con nuestros egresados y con quienes terminan cada uno de los grados de la escuela o bien, cada una de las materias en los grados.
4.- El plan debe privilegiar los procesos de prevención del problema.- Generalmente, un, problema como el de deficientes logros de aprendizaje no tiene una sola causa, sino varias. Hay que darse a la tarea de priorizar esas causas, de manera que el plan pueda proponerse atacarlas.
Por eso, todos debemos participar en la elaboración de este plan preventivo, porque a todos nos va a tocar ejecutarlo.
5.- El plan debe privilegiar la disminución de las variaciones por encima de la elevación del promedio.- Lograr disminuir las variaciones es un asunto también de los procesos. También en ello estamos todos involucrados, y nuestra participación en el diseño del plan es esencial.
6.- El plan requiere programas más precisos.- Es aquí donde intervienen pequeños equipos de trabajo. Se trata de repetir, en menor escala, el proceso anterior en aquellos aspectos específicos que involucran de manera especial a ciertos miembros de la planta de personal, de los alumnos o de los padres de familia.

El plan se pone en práctica y se monitorea
Un plan pretende modificar procesos, es necesario que las prácticas consideradas necesarias para modificarlos se revisen en forma permanente por parte del propio equipo que las definió. A esta revisión continua se le llama monitoreo, a diferencia de la evaluación que revisa los resultados. El monitoreo se refiere a la actuación de las personas en sus prácticas cotidianas.
Los resultados se evalúan

En educación, la evaluación es una práctica común. El problema es que sólo se evalúa, no se monitorea. La evaluación, sin monitoreo, no permite mejorar la calidad, solamente constatar su presencia o ausencia.

Una vez constatados los mejores resultados, se institucionaliza el proceso, y se está en condiciones de comenzar un nuevo ciclo: planificar-hacer-revisar-actuar.

COMENTARIO
En este capítulo se hace referencia a la importancia de la planeación y la evaluación para el logro de la calidad educativa. Como lo vimos en la lectura del Programa Nacional de Educación 2001-2006, en donde de igual manera muestra la importancia de la evaluación en los procesos de la medición de la calidad, además de una evaluación general de la SEP para su rediseño y su reestructuración con fines referentes a elevar la calidad educativa.

REFERENCIA BIBIOGRÁFICA:
Schmelkes S., (1995), “La planeación y la evaluación para la calidad”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp.89-100). México. D.F., SEP.

CAPÍTULO VII. LA CALIDAD CONDUCE AL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS.

Los problemas no son de los docentes, sino del sistema

    Sylvia Schelkes dice que el problema de la calidad, en términos generales, no reside en los docentes, sino en el sistema con el que opera la escuela.
Cuando el equipo de docentes, encabezados por su director, se da a la tarea de modificar el sistema y de mejorar los procesos para alcanzar mejores resultados atendiendo a las necesidades de los beneficiarios, estos docentes participantes se desarrollan como personas.

Lo importante en la calidad es la calidad de las personas

La calidad de las personas es la primera preocupación de la filosofía de la calidad. Un sistema en el que se persigue la calidad se preocupará por que las personas desarrollen al máximo sus potencialidades.

Lo más importante es la posibilidad de vivir los valores del compromiso, la responsabilidad y la solidaridad

El proceso de desarrollo personal se encuentra en el descubrimiento del sentido de la vida que procede fundamentalmente de demostrarse a sí mismo la capacidad de transformar la realidad en el sentido en que uno cree que debe ser transformada.
La búsqueda de la calidad genera el espacio para que esto sea posible. Le da un sentido de transformación al trabajo cotidiano. Y persigue hacerlo resaltando el compromiso, la responsabilidad y la solidaridad con los seres humanos con los que se trabaja y con el objetivo colectivo en el que se participa.

Si nos desarrollamos como personas, podremos formar integralmente a nuestros alumnos

Cuando en nuestras escuelas logremos crear las estructuras que permitan desarrollar a las personas, podremos tener la certeza de que estaremos en una posición privilegiada para proponernos lo mismo con nuestros alumnos.
Los docentes debemos abrir espacios para que nuestros alumnos, junto con sus familias, formen valores y los vivan, como lo son:
·         La identidad.
·         La libertad, la responsabilidad y el respeto al bien común.
·         La equidad y la justicia.
·         La solidaridad y el compromiso.
·         La congruencia.


Al permitirnos, como docentes, vivir congruentemente los valores de solidaridad, responsabilidad y compromiso, la búsqueda de la calidad nos pone en condiciones de proponernos formar integralmente a nuestros alumnos, y quizás también a sus familias, en los valores de identidad, libertad y compromiso, equidad y justicia, solidaridad y congruencia.

COMENTARIO
Este capítulo nos habla principalmente del mejoramiento continuo que tienen las personas al recibir educación, desarrollando habilidades y actitudes que ayudarán a la formación integral del individuo.
Relacionando esto con los temas vistos en clase podemos ver el claro ejemplo de la lectura del ProNaE en donde se menciona la importancia de que los alumnos desarrollen una serie de hablidades, valores y actitudes que los ayudarán en su vida cotidiana.

REFERENCIA BIBIOGRÁFICA:
Schmelkes S., (1995), “La calidad conduce al mejoramiento continuo de las personas involucradas”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp.77-88). México. D.F., SEP.

CAPÍTULO VI. LA CALIDAD REQUIRE LIDERAZGO

El director debe ser líder; debe apoyar y estimular

En este capítulo Sylvia Schmelkes nos dice que en un proceso de mejoramiento de la calidad, el papel del director es fundamental. La calidad requiere un nuevo tipo de liderazgo, basado en la experiencia y en la convicción personales, y no necesariamente en la escolaridad, edad o rango. Así, el director debe ser el primero y el mayormente comprometido con el propósito de mejorar la calidad y tiene que conocer a fondo todos los procesos importantes que ocurren en la escuela, así como involucrarse de lleno en cada uno de ellos. Además, debe ser capaz de desarrollar un plan, explicárselo a los maestros, entusiasmarlos para que ayuden a realizarlo y al mismo tiempo mantener una presión coherente y constante sobre la escuela para que el plan se lleve a cabo. El móvil fundamental del director, más que de ningún otro miembro del personal, es satisfacer cada vez mejor las necesidades de los beneficiarios de la escuela.

El director debe buscar que el docente esté orgulloso de su trabajo

El líder de un proceso de calidad debe ayudar a los docentes a trabajar más inteligentemente, no más duramente. De esta manera, la meta es lograr que el maestro tenga orgullo de su trabajo.
El objeto del liderazgo es mejorar el comportamiento del ser humano para mejorar la calidad, eliminando las causas de las fallas y de los problemas y ayudando a las personas a que hagan mejor su trabajo.

Un director se preocupa por investigar

Es necesario contar con información sólida e interpretarla correctamente. Tenemos que conocer, en primer lugar, cómo estamos logrando nuestros objetivos hacia afuera: qué niveles de aprendizaje estamos logrando, así como las condiciones y las necesidades de nuestros beneficiarios y la forma en que estamos fallando en su satisfacción.
Además, se deben poder investigar las posibles soluciones a los problemas que detectamos. Y tenemos que ser capaces de monitorear el proceso de solución y evaluar sus resultados.

Un director se preocupa por la formación en el trabajo

El proceso de mejoramiento de la calidad es un proceso educativo continuo de quienes en él se involucran. Participar en un proceso de esta naturaleza implica aprender a conocer las necesidades del beneficiario.

Participar en un proceso de mejoramiento de la calidad es participar en un proceso profundamente educativo. Al director le corresponde impulsar, facilitar y estimular para que este proceso se dé y así saber si se están cumpliendo los estándares de calidad de un determinado ciclo del proceso de mejoramiento, inclusive del inicial.

El director tiene dos responsabilidades: Mantener y mejorar

La responsabilidad del mantenimiento del sistema se refiere a la necesidad de asegurar que todos puedan lograr los estándares establecidos en un determinado momento del ciclo de mejoramiento de la calidad. Después de un ciclo de mejoramiento de la calidad, alcanzados nuevos estándares de logro, es necesario volver a precisar, con toda claridad, los nuevos mínimos de comportamiento esperado para mantenerlos.

El director tiene dos funciones: La función estimulante y de apoyo y la función de control

La primera de estas funciones, la estimulante y de apoyo, está dirigida a los procesos. Es la que se refiere a propiciar que mejoren las relaciones de manera que puedan producirse buenos resultados.
La segunda de estas funciones, la de control, está dirigida a los resultados.
En un movimiento hacia la calidad, esta es la primera función la que se subraya y enfatiza, bajo el supuesto de que, si los procesos mejoran, mejorarán los resultados.
Así, un director necesita administrar tanto los procesos como los resultados.

COMENTARIO

En conclusión puede decirse que uno de los factores fundamentales para que en una escuela haya calidad en la educación es el director del plantel educativo, ya que este tendrá la responsabilidad de vigilar, mantener y mejorar los procesos de enseñanza para obtener buenos resultados en la calidad.
Así, el papel que éste tenga será un factor determinante para el desempeño de los alumnos y de los maestros, así como de los demás actores escolares que se encuentren en dicha institución.
Como vimos en la lectura de Peter Mortimore en donde se señala el liderazgo profesional, firme y dirigido que deben tener los directores para mantener el mejoramiento en cuanto a calidad en una institución. Deben de trabajar con efectividad y debe contar con habilidades y aptitudes que lo ayuden a desempeñarse en su función como líder.


REFERENCIA BIBIOGRÁFICA:
Schmelkes S., (1995), “La calidad requiere liderazgo”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp.65-75). México. D.F., SEP.